
Comprender su forma de sentir es el primer paso para guiarlos con amor y esperanza.
Cuando un niño enfrenta la pérdida de un ser querido, su manera de comprender y expresar el dolor es diferente a la de un adulto. No siempre tienen las palabras para describir lo que sienten, pero sí perciben el vacío y los cambios emocionales que deja la ausencia.
En Jardines del Edén, entendemos que acompañar el duelo infantil requiere paciencia, amor y sinceridad. Evitar hablar del tema o esconder la realidad puede generar más confusión y miedo. Es importante que el niño sepa, con palabras adecuadas a su edad, que su ser querido ha fallecido y que es normal sentirse triste, enojado o confundido.
Pequeños gestos pueden marcar una gran diferencia: escuchar sin juzgar, permitir que expresen sus emociones a través del juego o el dibujo, y mantener rutinas que les brinden seguridad. Además, recordar juntos al ser querido con cariño —a través de fotos, anécdotas o rituales simbólicos— les ayuda a entender que la muerte no borra el amor.

El acompañamiento emocional temprano les permite desarrollar resiliencia y aceptar la pérdida con esperanza. En Jardines del Edén, promovemos espacios y talleres donde las familias pueden aprender a guiar a los más pequeños en este proceso con sensibilidad y respeto.
Hablar de la muerte con un niño es hablar también de la vida, del amor y del recuerdo. Acompañarlos con empatía es el primer paso para ayudarles a sanar.
Si deseas conocer cómo acompañamos este proceso, explora nuestros servicios.